viernes, 5 de febrero de 2010

La chica de los labios brillantes, pensaba que de vez en cuando, las palabras no significan lo que insinúan sus fonemas. Revolvió despacio dentro de su bolso, y alcanzó una barra de labios llena de miguitas de un cigarro que se había disuelto en las entrañas de uno de los bolsillos de su casa colgante. Mientras rozaba suavemente su boca con la mezcla de óleo apto, suspiró: "yo sólo quiero tomarme contigo, un café al sol"

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