Escucho ese piano agitado de un Beethoven que hace de las teclas, cómplices inermes de su desamparo.
Recuerdo entre medias tu sonrisa, y entre las sábanas de madrugada, añoro tu calor.
Ir y venir que me dijiste y sigo pensando en tanto,
Cuánto de locura tuvo esta primavera; cuánto de deseo no se perderá con el invierno...
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