Aquella mañana sentía como si el mundo entero guardase un gran secreto que ella debía aun desvelar. Mientras pensaba en la pieza que le faltaba para completar el puzzle de sus sentimientos, la chica que nunca olvidaba el gloss en casa, se afanaba por pisar los charcos de la calle. Espejos improvisados que reflejaban silenciosos la amplia sonrisa que arqueaba sus labios...
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