lunes, 5 de abril de 2010

Lo que nos queda

Tráete una birra, aunque sea de ahí, de la máquina.
Bajé corriendo hasta la entrada del garaje. Por un pavo podías tener cerveza fría, en lata. Era julio y hacía un calor insoportable.
Me planté de nuevo en el parque. Nada, nadie. Giré varias veces, primero la cabeza, luego el cuerpo entero, buscándola por el callejón que desembocaba frente al banco en el que estábamos sentadas.
Miré la lata. Yo no bebo cerveza y ni siquiera, he podido despedirme.
Hasta luego, dije susurrando.
Luego me senté, agaché la cabeza y comencé a liarme un peta.

3 comentarios:

  1. Yo también, cruce de vivencias? Quizá hubiera sido mejor que fuera otra la escena que vivimos.

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  2. Quizá, y quizá ha sido mejor vivirla. Aunque a mi si me gusta la cerveza ;), así que aproveché la nueva situación que se me brindó.

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