La chica de los labios de gloss temía llegar a convertirse en la mujer de sonrisa mate. Asíq ue rápidamente sacó de su pequeño pero práctico bolso, todas las barras que fin de semana tras fin de semana se habían ido colando en su interior y las sustituyó por un bote medio gastado de gloss long-life 24h efecto cristal.
La chica cuya sonrisa había brillado desde el día del eclipse miró hacia el cielo y comprobó que después de muchos días (quizá fueron solo horas pero a ella se le antojaban media vida) volvía a lucir el sol.
Había pasado la tormenta.
Se sorprendía de la volubilidad humana, al tiempo que se acostumbraba a la volubilidad climática.
La chica que guardaba recortes de su memoria en una pequeña libreta desgastada, soñaba con que algún día, el cielo de su pecho estuviera tan despejado como hoy lo hacía el que cubría su cabeza.
La chica cuya adicción a la cosmética labial preocupaba a más de un dermatólogo, sintió vibrar su móvil.
Se paró frente al espejo mientras rebuscaba inquieta en los rincones de su bolso.
De repente, algo cayó al suelo. Bajo sus pies yacía un sobre amarillento cubierto por la tinta. Sonrió.
Acababa de recuperar parte de su historia.
jueves, 22 de julio de 2010
martes, 20 de julio de 2010
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